16 de julio de 2012
Islandia (IV), Gullfoss. It's unbelievable!
¡Escandaloso!
¡Asombroso! Hay momentos, impresiones, impulsos, que no se pueden describir; simplemente hay que vivirlos. Como presenciar el paso del río Hvitá en Gullfoss (Cascada Dorada), desapareciendo y desplomándose en una grieta radical, desparramando agua y estruendo por sus tres escalones, en un recorrido de requiebros que termina con una cortina ascendente de agua que lo empapa todo. Aguas abajo, el flujo continúa con más fuerza y violencia, si cabe, de la que traía.
En mi vida he visto semejante demostración de poderío, de Naturaleza, de virtud. Éste es uno de los momentos vitales de Islandia, un lugar para pasar horas de salivación pavloviana, mirando y escuchando el arrebato. Sin el líquido elemento nada sería lo que es en este mundo, pero este lugar esta fuera, incluso, de la órbita de lo excepcional. Tal vez por ello aparece, para recordárnoslo, el arco iris.
Þingvellir, Geysir y Gullfoss forman el denominado Círculo de Oro islandés, un calificativo que vale como marca turística para dejar satisfecho al visitante de cuatro días en Reykjavík, pero que desmerece al resto de la isla; una calamidad donde todo es extraordinario. La "maldición" de una naturaleza indómita e indomable va a continuar por mucho, porque aunque algunos se empeñen en lo contrario, es mucho más sencillo, barato y rentable conservar que destruir.
C'est incroyable!
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