De las Provincias Ilirias a ser posesión de los Habsburgo. De la ocupación turca a salida marítima del Imperio Austrohúngaro. Del Reino de los Serbios, Croatas y Bosnios a tener el pescuezo apretado por el nazismo. De la lucha de los partisanos a la independencia, pasando por el equilibrio yugoslavo del mariscal Tito y el rompecabezas imposible de los nacionalismos, engendros políticos de los juegos de banderitas y religiones.
Ljubljana, la capital eslovena, es una ciudad sencilla y elegante que recuerda a una Viena en miniatura. Vive volcada en sus calles y plazas, con los aires de libertad y cultura de sus viejas aspiraciones europeístas.
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