La última fotografía que publico en 2014, la que más me gusta de todas las hechas en estos últimos 365 días.
Hay fotos a las que se les coge cariño, ya sea por el lugar, la experiencia, el momento vivido, su significado. Por esta siento una debilidad especial desde el momento en que la visualicé en mi cabeza, antes incluso de pedirle permiso para hacérsela: me producen fijación la dignidad, sencillez y profundidad en la mirada de este joven monje de Buduruwagala (Sri Lanka).
¡Feliz 2015!
Qué buena, Tato
ResponderEliminarGracias :)
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