El Luberon es un macizo montañoso del Sur de Francia, poco conocido por su discreta elevación y por el efecto eclipse de los campos provenzales de lavanda y la proximidad de la Costa Azul. Pero está ahí, lo juro, y es maravilloso. Suaves colinas salpicadas por pequeños pueblos de piedra donde la vida discurre tranquila; calles llenas de dulzura; talleres de pintores y oficios artesanos; gatos vividores... Y uno de los mejores firmamentos de Europa gracias a la oscuridad de su cielo nocturno.
En Saint-Michel-l'Observatoire, donde se encuentra el que muchos consideran el mejor observatorio europeo de baja altitud, hicimos un picnic a la luz de la luna llena. Obviamente, ésta rompía toda posibilidad de fotografiar un cielo minado de estrellas, pero a cambio le dio un toque especial a la larga exposición.
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