Se había hecho un hueco en la terraza y en nuestro corazón, un inquilino que no molestaba, tímido, precavido y huidizo. Disfrutaba de su presencia en el par de sesiones macro en las que ha sido
paciente modelo o, simplemente, viéndolo.
Justo ahora que el sol empieza a inundar durante horas la terraza y que tenía la primavera entera para calentarse el lomo y la tripa, nos ha dejado.
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