30 de enero de 2013
Una chuchería en el balcón
Últimamente macro, trípode y disparador automático están haciendo muy buenas migas. La puesta en escena es más profesional, de estudio; la medición de luces es más ajustada; y los encuadres se trabajan al milímetro.
Nuestras nuevas plantas no se alteran por tener un ojo de 100mm en el cogote, no se ponen coloradas ni sienten invadida su intimidad. Te dejan todo el tiempo del mundo sin preguntarles si les importa que las fotografíes.
Cada vez me lo paso mejor siendo paciente, pensando qué quiero conseguir, imaginando el resultado y dándole vueltas a las dificultades técnicas.
I love this game.
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Tan suaves y delicadas, como una dulce caricia*
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