No recuerdo haber visto un lugar dedicado a la naturaleza más olvidado que éste. Tenía que ser en Sevilla, claro, ilustración de desidia, pésima gestión y nulo amor por el territorio. Hay parques en cualquier pueblo- y área de servicio- que reservan algún pequeño rincón para un reducido muestrario de plantas- aromáticas, crasas, cactáceas- y consiguen mucho mejor resultado; pero en Sevilla "hay que mamar".
Su Jardín Americano se creó para que durante la Exposición Universal de 1992 se diera a conocer la diversidad botánica de dicho continente. Durante casi dos décadas permaneció en el ostracismo, hasta que en 2010 el Ayuntamiento socialista lo reabrió previa inversión de ocho millones y medio de euros (¿?). Por su ubicación a orillas del Guadalquivir es un lugar privilegiado, pudiendo desde allí disfrutar de su ribera fluvial y las vistas de la opuesta; está junto al Monasterio de Santa María de las Cuevas (o de la Cartuja) y a escasos metros de un diplodocus especulativo horrendo, supuesto nuevo referente urbano y económico (¡una peineta en toda regla!). Pero si no hay bares ni cofradías no interesa, oiga, que somos de recias tradiciones.
No lo recuerdo de aquellas años mozos, pero de las dos visitas que he le hecho recientemente he sacado la misma conclusión: es un bodrio. Sí, hay variedad de plantas, pero escasamente y mal indicadas, las tareas de jardinería las realizan las arañas, está sucio (es costumbre sevillana muy arraigada no usar las papeleras) y da la sensación de que el Jardín está allí para que, irónicamente, la naturaleza siga su curso... y las alimañas se hagan con el lugar. Para no dignificarlo, la web de promoción turística de Sevilla contiene una galería fotográfica vergonzosa, a la altura de su información. Todo muy cutre, como- casi- siempre.
Si aceptamos- ¡ejem!- que la inversión de 8.500.000€- ¡ejem!- fue íntegra al espacio en cuestión, ¿no se puede hablar abiertamente de negligencia del consistorio por tener que redoblar el esfuerzo económico de 1992? Si aquello estaba hecho unos zorros, sería igualmente su responsabilidad, ¿no? Pero, mientras esta crisis nos aplasta y vamos abriendo los ojos respecto a nuestros políticos, ¿no sería también lógico pensar en que es demasiado dinero incluso para sacar de las cenizas un jardín de dos hectáreas? ¿Dentro de veinte años sucederá lo mismo?
Es Sevilla, ciudad taurina y de fiestas primaverales porencimadetodaslascosas, así que ya sabemos la respuesta; reabierto y predestinado al abandono.
Apuesto a que mi madre cuida mucho mejor sus plantas en la terraza.
Con esto de las fusiones de los bancos y las cajas te han jodido hasta la maquetación de la Torre Pelli.
ResponderEliminarYo me he paseo otro par de veces y lo único que llamó mi atención fue la pasarela sobre el río. Creo que en el descampado de enfrente de Los Rosales, antes de que se prendiera fuego, había más variedad.
Con todo lo que ha llovido últimamente en Sevilla cualquier solar se ha convertido en un vergel de margaritas...
EliminarQue rápidamente será destruido por las ratas, y no me refiero a los mamíferos roedores.
ResponderEliminarOjalá nos equivoquemos y se transforme en una alternativa entretenida para sevillanos y visitantes, pero conociendo cómo funcionan las cosas...
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