Especulación, negocio inmobiliario y urbanístico, todo vale en el maltrecho litoral español. Ya sabemos de qué pie cojea nuestra sociedad. Y Canarias no es una excepción. Faltaría más, con la cantidad de horas de sol que hay en el archipiélago y la de kilómetros de playa con los que hacer caja, más de uno lo vio fácil para clavar los colmillos y sacar la sangre.
Salimos de Puerto de la Cruz corriendo, sin querer mirar atrás. No nos gustan estos litorales densamente construidos, hacia el Este y hacia el Oeste, con laderas colonizadas en asqueroso desorden y, por supuesto, ocupados hasta el mismo borde de la playa. Aquí, en el Valle de la Orotava, es donde el turismo canario plantó su semilla, donde parió su gallina de los huevos de oro.
Nada queda ya de los laureles y viñedos que hace dos siglos subyugaron los sentidos del geógrafo, naturalista y viajero alemán Alexander von Humboldt. El paisaje le hizo hincar la rodilla y hoy queda allí un mirador que lo recuerda, sobre una autovía y al borde mismo de una sinuosa carretera nacional por la que los coches pasan a 80km/h. Aunque para lo que hay que ver mejor sería cambiarle el nombre por el de cualquier programa de televisión para marujas y analfabetos.
Nos escapamos, con rumbo a la Punta de Teno, a buscar algún reducto de vida tradicional, de arquitectura colonial, algo diferente a lo que se puede ver en cualquier municipio costero español. En el camino hicimos la obligatoria parada en Icod de los Vinos para ver su drago milenario, y desde allí llegamos a Garachico, un tranquilo pueblo costero en el que disfrutar de sus callejuelas flanqueadas de casas sencillas, el Castillo de San Miguel plantando cara al bravo oleaje y las piscinas naturales de El Caletón, entre rocas volcánicas.
pd: he intentado evitarlo, pero no puedo. La Orotava (Taoro para los guanches, el municipio más extenso de la isla de Tenerife) no es un valle, como se suele nombrar; no hay ríos ni ha habido glaciares que provoquen erosión ni vertientes. Geomorfológicamente se trata de una fosa tectónica, una depresión hundida por fuerzas internas y delimitada por fallas paralelas levantadas. A gusto me quedo...
Muy buenas fotos!!
ResponderEliminarTienes toda la razón, en Canarias sufrimos mucho la especulación de nuestro patrimonio natural.
Por cierto, cuando estuviste por la isla vecina??
Un abrazo desde Las Palmas.
Hicimos viaje por Tenerife, La Palma y La Gomera en Noviembre de 2012... y nos encantó. Ahora nos queda buscarle un hueco (y dinero) a las islas orientales; ganas hay de sobra :)
EliminarSaludos.