Bueno, a lo mejor no hay que ser tan ambiciosos, pero es que así es más divertido, peliculero e imaginativo.
No hay tiempo que perder, agachamos la cabeza, observamos atentamente alrededor de los pies, nos ponemos en cuclillas, rebuscamos y arrastramos cuidadosamente las yemas de los dedos sobre la superficie que pisamos, la que sea. Algunos, o muchos, te mirarán extrañados, suspicaces- acostumbran a ver sólo de frente, con prisas, sin observar a su alrededor-, indiferentes, a lo mejor pensando que eres un bicho raro. Pero les picará el mosquito de la curiosidad y querrán saber qué hay, porque cuando un dedo apunta al cielo...
Entre las playas del Miracle y la Rabassada, una vez superada la Punta Grossa, la composición de las rocas y su textura cambia radicalmente: están plagadas de moluscos y crustáceos fosilizados y desmenuzados por la erosión, igual que el roquedo que lo guarda. Es el momento de imaginarse el mundo sin humanos, tomado por especies de invertebrados ya extintas, cambios en el nivel del mar, grandes glaciaciones y adaptaciones genéticas indescifrables.
No hay comentarios:
Publicar un comentario