22 de marzo de 2012

Caravana punk

La primavera no se esconde, viene en larvas de mariposas.
Un decepcionante parque urbano, inerte como cualquier otro en cualquier otra ciudad inerte, no es sólo un decepcionante parque urbano más. Bajo un tupido manto de hojas caídas, como galerías ignotas de mundos inspirados en el trabajo de las hormigas, aparece un grupo de lepidópteros que viaja compacto, silente, compenetrado, articulado, paciente y predestinado, al éxito o al fracaso. Todos, todos los animales son perfectos a su manera.
Cuestión de tribus urbanas. Y tú, ¿cómo te peinas?

15 de marzo de 2012

Desmantelando un paisaje: la Plana de Vic

Disfruto prestando atención cuando supuestamente no hay nada que ver: industrias, huertos, urbanizaciones, parques logísticos, cortafuegos, secanos, ganado pastando; transiciones o cambios bruscos de paisaje crean mundos conectados o colonias independientes.
Cuando salimos de nuestro ecosistema asfaltado lo más sencillo es sentirse relajado con la armonía de un paisaje de montaña, tan primigenio, verde y agreste que cualquier agresión chirría como un perro al que le pisan el rabo; pero no sucede lo mismo cuando el paisaje que contemplamos es llano en su mayoría, ahí el gusto y la ética admiten más concesiones.
Nuestra primera visita a Vic nos permitió ver y conocer, gracias al típico y escueto plano turístico, los lugares indispensables de la ciudad. Ahora, como llamados por el intenso olor a estiércol que el viento mueve desde los campos que la rodean y alimentan de embutidos, pudimos ver más- siempre hay mucho más- y saludar a los Pirineos.
Encaramados a una pequeña atalaya testigo del relieve original, hemos podido ampliar el campo de visión y ver otra realidad, un modelo importado de alto consumo de suelo y recursos: proliferación de inclasificables hongos unifamiliares exentos de todo, polígonos empresariales y comerciales, infraestructuras y espacios de ocio promovidos por la riqueza que han generado una geografía favorable y su estratégico aprovechamiento; un paisaje cultural agrario en regresión, con fecha de caducidad. Como es llano y no hay especies en peligro no importa, aunque sea morder la mano que te da de comer.

12 de marzo de 2012

Se alquila rincón

Se había hecho un hueco en la terraza y en nuestro corazón, un inquilino que no molestaba, tímido, precavido y huidizo. Disfrutaba de su presencia en el par de sesiones macro en las que ha sido paciente modelo o, simplemente, viéndolo.
Justo ahora que el sol empieza a inundar durante horas la terraza y que tenía la primavera entera para calentarse el lomo y la tripa, nos ha dejado.

9 de marzo de 2012

San Sebastián. El gusto es mío

Fama y prestigio pueden ir de la mano o ser exclusivas, pero son cosas diferentes. Ejemplos hay miles, comparaciones odiosas a patadas: ser un "gran hermano sexagésimo cuarta edición" o Félix Rodríguez de la Fuente; escribir libros para que la gente sobreviva a sus penas o inventarte Macondo; proyectar edificios y estructuras deformes e insípidas o la Alhambra de Granada a treinta kilómetros del pico Veleta; Benidorm o San Sebastián.
La eufonía de los topónimos es juguetona en melodía, vigor, y ritmo, con resultados acústicos embaucadores. San Sebastián no sólo es elegante en su nombre- y Donostia no lo desmerece ni una migaja-, ese siseo que te traslada a la playa de la Concha, bajo un sol radiante o cubierta de nubes que amenacen lluvia. Tan distinguida que llena todo el paisaje con gusto pero sin opulencia, como el gato que se relame al sol en el jardín.
De los ecos en las calles estrechas y frías de su Parte Vieja, a las cuestas y fortificaciones del Monte Urgull y el musgo de su Cementerio de los Ingleses, bajo un tupido bosque de robles, hayas, encinas, abedules y acebos. De la alfombra de hojas caídas en el Paseo del Árbol de Guernica junto al bravo río Urumea, a la playa de Zurriola y el Kursaal, objeto, cubo, poliedro. Contenidas fachadas, sobrios balcones y ventanas abiertas al sol como los ojos en la mañana poblando las calles de San Martín, Urbieta y Easo. El barrio de Amara Viejo; Miramar y la playa de Ondarreta, que es media concha sin serlo y sin que se lo aplaudan. Y de ahí al Monte Igeldo y el parto múltiple de Chillida, que rompe de forma magistral primer plano y horizonte mientras la adivinanza de formas y colores se endulza. Una ciudad entera que rezuma calidad.

4 de marzo de 2012

Aquí. Ya

Con premeditación y sin pudor, en un lugar público y de paso pero de forma subrepticia, con más obscenidad que ruido y en un juego de cortejo y acción que sólo expertos entomólogos entienden; así se muestran estas milimétricas criaturas, almas cándidas y encendidas por su mayúsculo instinto animal.

2 de marzo de 2012

Pasaia por donde mires

Pasaia- Pasajes- no es lugar convencional.

Está formado por cuatro barrios y cada uno se sitúa, como puntos cardinales, en torno a la ría que forma el bocado que le da el mar al río Oiartzun en su tramo final.
Pasai Antxo, Pasai San Pedro, Pasai Trintxerpe y Pasai Donibane son mundos diferentes en su vocación urbana y arquitectónica; unos tienen la perfecta apariencia grisácea de continuidad en infraestructuras, industrias y viviendas de las grandes aglomeraciones- San Sebastián es el vecino-, y otros son pequeños pueblos- casi aislados, desgajados- de arquitectura popular y marinera, sólo comunicados por barca y con la soledad de sus frías calles empedradas.
Estamos ante un Puerto de Interés General del Estado y en apenas diez minutos a pie nos encontramos frente al indomable Cantábrico, por caminos poco accesibles que nos trasmiten serenidad y ganas de volar, porque viento no falta entre las puntas de Arando Handia y Arando Txikia.
La abrupta bocana de entrada a Pasajes, entre los montes Ulia y Jaizkíbel, abre paso a la chatarra y es la puerta de salida del trabajo siderúrgico guipuzcoano, en uno de esos lugares enjaulados y poblados por totémicas grúas que con sus poleas y rechinar dan vida a montañas de granel y de contenedores multicolores. Alrededor, el mundo variopinto sigue estornudando la realidad: el Cristo imberbe de Lezo, las reivindicaciones nacionalistas más intolerantes, la negativa al trazado ferroviario de alta velocidad- eso es personalidad territorial- y la elegancia sin parangón del que vive al otro lado, próxima y última parada de esta escapada.