30 de noviembre de 2010

Arte para todos en Sevilla

Uno de los barrios populares por excelencia de la ciudad Sevilla es el Polígono San Pablo, gran recaudador de voto socialista durante mucho tiempo. Dicha predisposición de su población a tal ideología política permite que constantemente podamos encontrar en la zona inversión pública, fundamentalmente en forma de obras de reurbanización y dotación o mejora de las infraestructuras ya existentes. Con estupendas comunicaciones hacia el exterior y el interior de la ciudad, el complejo polideportivo más importante de todo el entorno urbano y amplios espacios para el peatón, una de las deudas más destacadas del Ayuntamiento con sus habitantes es la cultural (como con buena parte de la ciudad si obviamos todo lo relacionado con la religión). Sólo un "bibliobús" durante 45 minutos los viernes alumbra a la red municipal de bibliotecas, por poner un ejemplo.

Desde Octubre, sin embargo, un nuevo proyecto permite que los paseos por sus calles sean más entretenidos. Tras su puesta en marcha en Honduras en 2004, Arte para todos ha llegado a Sevilla, al Polígono San Pablo para ser exactos. Una treintena de artistas ha decorado un buen número de fachadas de sencilla arquitectura, ahora alimentadas por el colorido y la imaginación de creativos reconocidos. Anuncian un millón de visitantes en el plazo de tres años (ya veremos...), aunque no sé si han contado con que para conseguir esas cifras el Ayuntamiento tendrá que invertir mucho en publicitar este espacio en guías y todo tipo de medios cercanos al turista. De momento ya han sido 150.000€ para hacer aterrizar y mantener en la ciudad a los artistas.
El fundamento de esta idea cultural se encuentra en los Objetivos de Desarrollo del Milenio, iniciativa de buena voluntad de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que, como siempre, queda doblegada por la constante actitud de la sociedad actual de consumir, devorar y destruir. Desde el año 2000 y hasta el 2015 se pretende mejorar la vida de millones de personas, proteger el medio ambiente y alcanzar la paz y seguridad mundiales. Estamos llegando a 2011 con una brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, países en guerra silenciosa o ruidosa, millones de personas malnutridas y sin acceso a agua potable, cambio climático y destrucción y fragmentación constante de hábitats. Nuestros dirigentes lo maquillarán; han creado una serie de indicadores que seguro saben barnizar y enmarcar perfectamente.
Al margen de toda la parefernalia política, iniciativas de este tipo me parecen maravillosas por el simple hecho de hacer la ciudad más humana, pero ojo, leyendo los ocho objetivos del milenio no he sido capaz de encontrar nada que haga referencia a la cultura.

29 de noviembre de 2010

Punto de libro: "Sin una palabra"

Imagina que te despiertas una buena mañana y toda tu familia ha desaparecido. No sales de tu asombro. ¿Qué? ¿Cómo? ¿Por qué? Un cuarto de siglo más tarde empiezan a sucederse acontecimientos que sólo consiguen desconcertarte aún más.
Con esta intrigante historia y una trama cada vez más enrevesada, pasan y pasan las páginas, volando. Reconozco que este tipo de historias de suspense no son las que más me van a la hora de leer, pero me lo pusieron tan bien cuando me lo regalaron que tenía muchas ganas de cogerlo de la estantería y abrirlo. El resultado ha sido estupendo, en una semana lo hemos devorado en casa; sólo queda aconsejarlo como un buen regalo para esos casos en los que buscamos un libro pero no sabemos qué le puede interesar a la otra persona; seguro que le gusta. Y los Reyes Magos están ahí, a la vuelta del chaflán.  

Sin una palabra, de Linwood Barclay (y si es de bolsillo mejor: menos papel y más económico).

26 de noviembre de 2010

Barcelona es Gaudí

Dar un paseo por la ciudad de Barcelona es habitualmente agradable para el peatón, sobre todo si caminamos a lo largo de las calles de l'Eixample. Interminables tiras de asfalto acompañadas de anchas aceras que se entrecuzan formando un perfecto plano en damero, con tres claros ejes que lo delimitan, dan personalidad propia y facilitan la circulación de miles de personas a diario: Diagonal, Gran Vía y Meridiana.

Homogéneo en su estructura y arquitectura, siempre deja un hueco para la sorpresa: una fachada especial, mobiliario urbano singular, un paseo arbolado que culmina en alguna plaza o edificio de renombre, formas y colores inesperados, etc. Así es Barcelona, una ciudad diferente, carismática y que bebe de la inagotable originalidad de unos pocos genios.

La creatividad de aquéllos ha permitido a la ciudad tener un flujo de visitantes imparable, admirando y fotografiando cada rincón. La masa inunda, principalmente, la zona Paseo de Gracia-Plaza Catalunya-Ramblas, el Parc Güell y la Sagrada Familia. El nombre de Barcelona se vende solo, del mismo modo que el apellido Gaudí se repite hasta la saciedad en las guías turísticas y en cualquier tríptico o cartel que podamos encontrar a lo largo y ancho de la ciudad.

Hoy mostramos algo de modernismo barcelonés, y otros pequeños detalles, entre el templo de la Sagrada Familia y el Hospital de la Santa Creu y Sant Pau.

Abierto hasta nueva orden

Por fin me he decidido... o más bien, ya era hora de que me decidiera.
Este blog no pretende ser más que un espacio para contar viajes, rutas, paseos o planes, para dejar fotos o comentar algún que otro libro. Aquí compartiré con todos las experiencias y los lugares por donde caminan mis pies o se deslizan las ruedas de mi bicicleta.
Con la cantidad de sitios, historias o sensaciones que tengo ya pendientes por contar, esta primera entrada se me está haciendo imposible. Será que no soy muy dado a las formalidades. Empecemos ya...