26 de junio de 2013

L'enxaneta

Hay más fotos en el almacén, pero de momento no más tiempo. Plaza de la Font, día de San Juan, Primera Setmana Castellera de Tarragona, Colla Xiquets del Serrallo.
Hay que verlo de cerca.

20 de junio de 2013

Las horas por los Roques de García y el Llano de Ucanca

Seguramente un tinerfeño pueda pasarse la vida haciendo excursiones por el Teide y no tenga tiempo para cansarse; paseos de un par de horas, caminatas de un día, subidas, bajadas, nuevas perspectivas, los bosques de la corona forestal, gargantas y barrancos, malpaíses, el tajinaste en flor, visitas nocturnas, la cresta que bordea las Cañadas, fauna y flora endémicas, la perfecta cumbre cónica a más de 3.700 metros de altitud, cráteres...
Nosotros sólo teníamos un día pero queríamos aprovecharlo al máximo, y tal vez por eso prescindimos de lo más llamativo e impactante: pisar la cima del Teide y tener medio mundo a nuestros pies. Ya habrá tiempo...
Lágrimas aparte, el día puede ser completísimo en este entorno único: recorriendo los alrededores del Centro de Visitantes El Portillo; perdiendo la vista con la riqueza geológica de los campos de pumita depositada por las erupciones; paseando entre los pitones fonolíticos- magma solidificado en su chimenea de ascenso que ha quedado expuesta tras la erosión del cono volcánico- de los Roques de García; o fotografiando el Llano de Ucanca, una inesperada planicie sedimentaria de tres kilómetros rodeada por una topografía de derrumbes y acumulación compleja hasta decir basta.
Y ojo que si esperas a que se haga la noche...

18 de junio de 2013

Las Cañadas del Teide, a 2.000 metros sobre las hamacas

Cualquier cosa excepto un ambiente opresivo, eso es lo que puedes sentir en el Parque Nacional del Teide, un tesoro de incalculable valor geológico, ambiental y paisajístico. Un espacio abierto sin límites, lleno de rarezas y excepciones a lo cotidiano. Visible desde todas partes, con vistas al mundo entero. Su zona más concurrida y ajetreada son las Cañadas, un peculiar circo resultado de sucesivos colapsos verticales de antiguos mastodontes volcánicos, atravesada por una carretera deseosa de recibir autobuses atestados de rusos y alemanes que por un día cambian el chip del chiringuito por el de las piedras. Allí, durante mucho tiempo, puedes entretenerte y sorprenderte por encima de 2.000 metros de altitud... que se dice pronto.
Abajo quedan la masa grotesca de adosados, hoteles y rotondas que ha descuartizado el litoral, la tupida corona forestal de pino canario sobre las laderas de la montaña más alta de España, e incluso el manto de nubes, en constante sube y baja gracias al trajín de los vientos alisios en la cara Norte de Tenerife.
Arriba, bajo un perfecto cielo abierto, se despatarra un ambiente rojo y negro, lleno de ceniza y piedras lunares, campos de lava, cráteres y laderas hechas migajones por las erupciones de un monstruo que se levanta hasta 7.500 metros sobre el lecho marino.
El Teide es único no solo por su altitud- ya de por si excepcional en su entorno-, sino también por su volumen, sus formas, sus singularidades bioclimáticas y geológicas, el carácter de sus paisajes y la fuerza de su sola presencia en medio de la inmensidad; una clase de Geografía de pe a pa, rica en contrastes, singularidades y diversidad, condicionantes, cambios y adaptaciones, desde el mar hasta la cumbre. Por algo es Parque Nacional desde 1954.

10 de junio de 2013

Pa habernos matao

Piruetas, filigranas, cruces, picados, invertidos... y alguno pensando que nunca pasada nada, hasta que precisamente pasa.
Apenas dos semanas después de esta exhibición aérea en Tarragona, se produjo la tragedia en Madrid. ¿Inexplicable? ¿Fatalidad? ¿Probabilidad? ¿Sentido común?
Eso sí, el marco es incomparable.

2 de junio de 2013

Islandia. Jump, jump, jump!

Una imagen vale más que mil palabras, ¡y un salto su peso y altura en felicidad!
Ahora sí, este- casi- interminable resumen de Islandia termina aquí, con una entrada prevista desde el vuelo de regreso. Les dejo con la mayor y mejor demostración de alegría que puede hacer el que camina: saltar, saltar y saltar.
Inma, un millón de gracias por compartir y sacar brillo a esta experiencia extraordinaria en momentos tan difíciles.