19 de agosto de 2014

Sarajevo tiene su lugar en la Historia

Winston Churchill dijo una vez que los Balcanes producen más Historia de la que pueden absorber. Aunque solamente pensemos en Sarajevo, es evidente que no le faltaba razón.
Por el asesinato del archiduque Francisco Fernando a manos de Gavrilo Princip hace ahora cien años, chispa que dinamitó todas las tensiones europeas de principios del siglo XX y desató la Primera Guerra Mundial. Por las imágenes que vimos en televisión de su Parlamento en llamas. Por el sitio de 4 años que padeció la ciudad en los noventa bajo las fuerzas serbias. Por su Biblioteca Nacional arrasada. Por el fuego de mortero contra los civiles. Por las macabras limpiezas étnicas en nombre de las cloacas nacionalistas. O por la "Avenida de los Francotiradores"...
Cito al enorme Javier Reverte, periodista de guerra en aquella época: "Para entender el cerco de Sarajevo y la carnicería que cumplen sin escrúpulos los serbios en la ciudad, basta con ver un plano de la urbe. Sarajevo se extiende como un rectángulo estrecho y largo, rodeado por sus lados norte, sur y este de colinas que se asoman justo sobre la ciudad, a muy escasa distancia. En horizontal, dentro del rectángulo, corre el río Miljacka, de oeste a este, y en paralelo al cauce circula la avenida principal, Maršala Tita o Mariscal Tito. Pues bien: los francotiradores serbios y sus baterías de morteros de 80 y 101 milímetros se sitúan en las colinas. Es fácil entender que desde el norte y el sur, la ciudad queda expuesta a las balas como en una caseta de feria y que las calles más peligrosas son aquellas que cruzan la ciudad en vertical.
Aquel jueves, en Sarajevo, la mañana había empezado como todos los días: ráfagas de metralla, explosiones intermitentes de mortero y balacera de tiradores por todos lados.
En Sarajevo hay que aprender a andar y conducir. Lo segundo es más sencillo. Como no hay casi automóviles, a causa de la falta de gasolina, y los semáforos están fuera de funcionamiento, se trata tan sólo de correr a más de cien kilómetros por hora, para evitar que la mira telescópica de un francotirador se detenga sobre el coche y tener cierto cuidado en no ir a chocar en un cruce contra otro automóvil. Andar tiene otros riesgos y requiere más conocimientos del terreno. Los sarajevinos conocen aquellos cruces donde se exponen a quedar a la vista de los francotiradores.
Un forastero, en Sarajevo, que camine por la ciudad y vaya en coche debe hacer lo mismo que hagan los sarajevinos. Así es que en cada esquina hay que detenerse y esperar a ver lo que hace un habitante de la ciudad. Lo normal es que cruce tranquilo. Pero en ocasiones los transeúntes se detienen, miran hacia el sur o hacia el norte, y cruzan a la carrera".
Visitar como turista su Baščaršija, el viejo bazar de la ciudad, está muy bien; pero la Historia es insuperable.

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