Uno de los barrios populares por excelencia de la ciudad Sevilla es el Polígono San Pablo, gran recaudador de voto socialista durante mucho tiempo. Dicha predisposición de su población a tal ideología política permite que constantemente podamos encontrar en la zona inversión pública, fundamentalmente en forma de obras de reurbanización y dotación o mejora de las infraestructuras ya existentes. Con estupendas comunicaciones hacia el exterior y el interior de la ciudad, el complejo polideportivo más importante de todo el entorno urbano y amplios espacios para el peatón, una de las deudas más destacadas del Ayuntamiento con sus habitantes es la cultural (como con buena parte de la ciudad si obviamos todo lo relacionado con la religión). Sólo un "bibliobús" durante 45 minutos los viernes alumbra a la red municipal de bibliotecas, por poner un ejemplo.
Desde Octubre, sin embargo, un nuevo proyecto permite que los paseos por sus calles sean más entretenidos. Tras su puesta en marcha en Honduras en 2004,
Arte para todos ha llegado a Sevilla, al Polígono San Pablo para ser exactos. Una treintena de artistas ha decorado un buen número de fachadas de sencilla arquitectura, ahora alimentadas por el colorido y la imaginación de creativos reconocidos. Anuncian un millón de visitantes en el plazo de tres años (ya veremos...), aunque no sé si han contado con que para conseguir esas cifras el Ayuntamiento tendrá que invertir mucho en publicitar este espacio en guías y todo tipo de medios cercanos al turista. De momento ya han sido 150.000€ para hacer aterrizar y mantener en la ciudad a los artistas.
El fundamento de esta idea cultural se encuentra en los
Objetivos de Desarrollo del Milenio, iniciativa de buena voluntad de la UNESCO (Organización de las Naciones Unidas para la Educación, la Ciencia y la Cultura) que, como siempre, queda doblegada por la constante actitud de la sociedad actual de consumir, devorar y destruir. Desde el año 2000 y hasta el 2015 se pretende mejorar la vida de millones de personas, proteger el medio ambiente y alcanzar la paz y seguridad mundiales. Estamos llegando a 2011 con una brecha cada vez mayor entre ricos y pobres, países en guerra silenciosa o ruidosa, millones de personas malnutridas y sin acceso a agua potable, cambio climático y destrucción y fragmentación constante de hábitats. Nuestros dirigentes lo maquillarán; han creado una serie de indicadores que seguro saben barnizar y enmarcar perfectamente.
Al margen de toda la parefernalia política, iniciativas de este tipo me parecen maravillosas por el simple hecho de hacer la ciudad más humana, pero ojo, leyendo los ocho objetivos del milenio no he sido capaz de encontrar nada que haga referencia a la cultura.
En los tiempos que corren, donde la imaginación de un arquitecto ( imagino) que queda mermada y supeditada inevitablemente a lo económico, es de agradecer que al menos el paseo se haga más agradable con unos toques de color. No cuesta nada ( o tanto) arrancar una sonrisa en el paseante, y un pensamiento de que quizás no toda la imaginación se haya esfumado sin más de los "bonitos" bloques de cemento y "cartón piedra" que constituyen nuestras apreciadas viviendas populares.
ResponderEliminarA mí me gusta la iniciativa, y me gustó el paseo.