9 de octubre de 2011

Retales de Myanmar (I)

Hubo un tiempo en que la propia palabra "viajar" constituía un reto sólo al alcance de unos pocos, aventureros y exploradores cuyas historias pueblan nuestra imaginación desde la infancia. Tras cada colina o cabo superados se abría un nuevo paisaje, un mundo en constante transición que explicar a los demás. Hoy viajar está al alcance de cualquiera con un poco de dinero y tiempo, y el avión nos priva de degustar el tapiz de formas, colores y texturas que existe entre nuestra casa y el hotel con buffet libre al desayuno; a algunos ni siquiera les importa qué visitan ni dónde se ubican en un mapa; los podemos identificar facilmente: llegan a su destino sin quitarse las gafas de sol, empiezan a sacar fotos de estatuas sin saber a quién están erigidas, comen por 30€ con copa de vino incluida y se van. No hay muchos destinos que se libren de esta involución de la cultura (o progreso de la mediocridad).
Cada individuo tiene su forma de hacer las cosas y, por lo tanto, de viajar. La nuestra es intentar comprender lo que vemos y vivir lo máximo posible pegados a la realidad de la gente, sentir que cada detalle de su ciudad, pueblo o pedazo de tierra es tan importante para nosotros como para ellos, y no quedarnos en una lejana perspectiva desde la que obviar sus problemas cotidianos. Pero a este viaje le hemos puesto especial cariño y emoción: por lo que celebraba, la distancia recorrida, lo mágico que nos pareció tras un primer tanteo a dedo sobre el mapa-mundi, el hermetismo del país... Si he transmitido sólo una parte de su genialidad y encanto que hemos sentido, me siento reconfortado por los esfuerzos.

1 comentario:

  1. Me encantó que subieras a la bici y fueras con los niños del poblado. Dice mucho de ti, de tu sencillez, y tu respeto por lo que veíamos al viajar. Aunque a veces fueramos fotografiados por las rarezas que éramos para ellos, realmente llegué a sentirme de igual a igual con ellos en alguna ocasión. Es difícil cuando ven a alguien que viene de fuera, con dinero, para ver su país, pero sólo hay que mostrarles acercamiento. El viaje fue precioso, sin duda, y quiero repetir experiencia cada año.

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