23 de octubre de 2011

Retales de Myanmar (y III)

Desde que pusimos los pies en casa, la mayoría de las preguntas sobre el viaje han sido acerca de la comida, tal vez esperando una respuesta escrupulosa e insectívora; por supuesto los hoteles son un tema también recurrente en estos casos; no faltan sobre la compañía ni relativas a los traslados; pocas son las inquietudes sobre la cultura y los hábitos de vida; desgraciadamente, menor aún es el interés que despierta la situación económica, social y política de este Estado. Así son los países herméticos, desconocidos hasta en su nombre; la tierra no entiende de fronteras, pero la mayoría de las veces nosotros tampoco (¿dónde?).
Muchas han sido las conversaciones y respuestas sobre este delicioso trozo de pastel, pero nuestros recuerdos apilados sobre palabras siempre se atascaban tras una expresión: "la gente, las personas". Todo viaje es un círculo que hay que cerrar, y no hay nada mejor para clausurar este carrusel birmano que recordar aquello que primero nos llamó la atención, el carácter exquisito de un pueblo austero por exigencias del guión, robusto por necesidad y generoso de corazón.
Como el marinero que llega a puerto para vaciar su barco de mercancías, terminamos un viaje y comenzamos un nuevo proyecto. La mano abre un atlas y saltan chispas. Los dedos, sigilosos maestros de ceremonias, apuntan mil rumbos sobre nombres que en un susurro guardan sueños e historias; cabos, montañas, mares y ciudades nos esperan. ¿Acaso no es maravilloso imaginar delante de un mapa?

3 comentarios:

  1. Cuando te da por algo, sobresales sin lugar a dudas. Cada vez que entro en tu blog (porque sé que hay entrada nueva) tus palabras me llevan a imaginar cómo sería ese sitio por donde tus fotos y palabras inmortalizan y describen a la perfección.

    Nunca he imaginado delante de un mapa, pero... estoy segura que lo haré.

    Besos y sigue así.

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  2. Es un ritual sin duda deliciosos, despierto un cosquilleo de mariposas en el estómago, y en lo que tarda en deslumbrar un relámpago, te ves envuelta en un millar de paisajes... Que nadie nos quite la imaginación, ni el deseo de viajar y conocer.

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  3. ¡Muchas gracias por los comentarios, el cariño y vuestro tiempo!

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