No hay nada más agradable que la sensación de recibir unos cálidos rayos de sol en la piel, entrecerrar los ojos a la manera de un comodón gato casero en el alféizar de una ventana y relajar la mente con un libro, la vista perdida o una intrascendente conversación; cualquier cosa mientras sea con sol.
El invierno ha dicho adiós y la temporada del color y la luz ha entrado por la ventana, como el amanecer. Las lluvias y el frío han hecho su trabajo, han preparado los elementos para nosotros, sólo faltan nuestras ganas. No es en sí la necesidad de escuchar la palabra "primavera", es el placer que nos produce el buen tiempo lo que nos invita a estar felices y con ansias de salir al aire libre. Toca guardar los abrigos, los guantes y la bufanda, y cambiarlos por un agradable paseo matinal en mangas de camisa con el aire fresco acariciándonos... ya era hora: al campo, a dar un paseo en bici, al parque con los niños, a la playa.
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